lunes, 16 de mayo de 2016

Historia de vida de un animal maravilloso. ¿En que nos parecemos y que podemos aprender?

En esta historia la naturaleza nos devela un aprendizaje maravilloso, que nos servirá toda la vida, más aún cuando la historia está inspirada en uno de los animales más hermosos del planeta.

El águila, es el ave que posee la mayor longevidad de su especie. Llega a vivir 70 años. Pero para llegar a esa edad, a los 40 años de vida sufre uno de los momentos más críticos de su vida y tiene que tomar una seria y muy difícil decisión.





A los 40 años, sus afiladas y gruesas uñas se tornan frágiles, débiles y flexibles, se doblan con facilidad y no consigue aferrar a sus presas de las cuales se alimenta. Su pico fuerte, largo y puntiagudo se curva, apuntando contra su pecho y se convierte en una herramienta inútil. Sus alas se encuentran envejecidas y pesadas por sus gruesas y duras plumas, lo cual le dificulta el vuelo.

!Volar es ahora muy difícil!

Entonces debe tomar una de las decisiones más significativas y trascendentales de toda su larga vida:
El águila, tiene sólo dos alternativas: Morir...,  ó enfrentar un doloroso proceso de renovación que durará 150 largos días.

Este proceso de renovación consiste en volar hacia lo alto de una montaña y refugiarse en un nido, próximo a una pared rocosa, donde no necesite volar.
Entonces, apenas encuentra ese lugar, el águila comienza a golpear con su pico la pared, hasta que consigue desgarrarlo y arrancárselo. Debe esperar el crecimiento de uno nuevo, con él que desprenderá una a una sus uñas o garras, hasta eliminarlas por completo. Mientras las nuevas uñas crecen, tendrá que desplumar sus plumas viejas ayudando a que renazca su nuevo plumaje.
Cinco meses habrán pasado para ello, cinco meses en los que el águila se las debió ingeniar para almacenar alimento  y sobrevivir en increible desventaja.
Cinco meses después de los cuales habrá renovado su naturaleza y podrá lanzarse al vacío en un vuelo largo y sin temores.
Con las alas abiertas, dejando atrás ese pasado solitario y de abandono que duró cinco largos y dolorosos meses, saldrá victoriosa para emprender su famoso vuelo de renovación, lista para vivir la segunda parte de su existencia.
Y sólo entonces el águila estará renovada para vivir treinta años más.
Sólo entonces será capaz de continuar con sus días de vigilancia y de captura.

A veces nos preguntamos:
¿Por qué renovarnos?
En nuestra vida, muchas veces, tenemos que resguardarnos por algún tiempo y comenzar un necesario proceso de renovación.
Tal como el águila, si los seres humanos tuviésemos esa capacidad de rehacernos. Pero no físicamente, sino en forma interna, mental y espiritualmente. Si tuviésemos la capacidad de rehacer nuestra vida, dejando en el olvido el pasado que nos ata, rompiendo los recuerdos hostíles y tristes. Si dejásemos de echar de menos nuestra propia historia con sus recuerdos de amargura. La vida sería distinta, llegada cierta edad podríamos retomar con nuevos y positivos bríos los viejos caminos y volar, volar alto, muy alto hasta donde nadie pueda imitar nuestro vuelo.
La lección de vida de esta historia del águila es sorprendente, imitemos a ella que detiene un tiempo su vida cotidiana, para continuar después de una pausa, con nuevos horizontes y renovada de energía y sabiduría.
Todos llegamos en algún momento de nuestras vidas a una situación de quiebre: o hacemos el gran esfuerzo de transformarnos y realizar un cambio profundo en nuestras vidas, o estamos condenados a morir. Y cuidado que a veces la muerte es lenta, agonizante...
La transformación consiste en primer lugar en hacer un alto en el camino, tenemos que "guardarnos" por algún tiempo. Volar hacia lo alto y comenzar un duro proceso de renovación. Tenemos que desprendemos de esas viejas uñas y plumas que ya no nos sirven para nada y emprender un vuelo de renacimiento victorioso.
Pero, para reanudar un vuelo victorioso, nos debemos desprender de todas las ataduras, costumbres, paradigmas, tradiciones y recuerdos del pasado que nos causan dolor y nos impiden cambiar. Que nos atan al pasado, y algunas veces a la mediocridad y a la falta de ánimo y voluntad para reiniciar la lucha.
Solamente libres de semejante peso y además de las victorias y logros del pasado,  podremos aprovechar el valioso significado y resultado que siempre trae la renovación.
¿Y por qué no ha de ser éste, HOY MISMO,  el momento de encarar nuestra renovación?
Uno sabe, profundamente, cuándo ya no da más, por cansancio o por hastío. La existencia agotadora, la que provoca monotonía, ya no va con nosotros y sabemos que necesitamos cambiar y empezar nuestro proceso de renovación...
Los invito a continuar leyendo otros textos propios de Recursos Humanos en mi blog.

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Por: Antonio Federico Wasinger
http://recursoshumanosinsight.blogspot.com/2016/05/historia-de-vida-de-un-animal.html